lunes, 22 de marzo de 2010

Reencuentro

El mar siempre hace gala del eco de la memoria. Delinea rostros en la orilla de la playa. Se deshacen y regresan con cada sacudida de las olas. No hay espuma sin memoria, no hay silbido de la brisa sin nostalgia, no hay nombres que no susurren los graznidos de las gaviotas. El mar, como la vida, enamora y asusta; nos trae paz y a veces se traga el mundo dejando un dolor sin sutura.

No sé si fue tu rostro joven o viejo, terso o surcado el que rompió en la orilla, amarilla de sol, roja de tarde, plata en la noche. No sé si comprendiste que yo estaba allí, esperándote, hablándote igual que hacía de niña cuando el agua llegaba a mis rodillas y divisaba el otro lado que no tenía lados, ¿te acuerdas? y yo entraba y salía del agua y pretendía ser un delfín que llevaba mensajes.
Decían que el enemigo solo estaba a noventa millas. Demasiado lejos para ser amigos y demasiado cerca para ser viles. Yo miraba al horizonte tratando de descifrar como podía parecerle a alguien esa distancia tan próxima. Tenía noventa millas entre el extremo cicatrizado de un cordón umbilical y el mío. Y siempre que el agua llegaba a mis rodillas yo hablaba mirando el horizonte. Pero si miraba hacia a la arena, ahí estabas, y mi universo era diferente. Nunca te gustó el mar. Pocas veces te vi en traje de baño, y nunca poner un pie en la orilla. Nos acompañabas y mientras todos disfrutábamos cocinabas y cuidabas de él.
El mar siempre me muestra tu sonrisa. Si no llega no importa, yo la traigo. No puedo ir a ningún lugar donde no estés. A todos he llegado a través de ti. Incluso al mar, a la orilla donde nunca pusiste tus pies junto a los míos, a la espuma donde no nos salpicamos ni corrimos. Aun así, todos mis recuerdos tienen el sabor melancólico de la sal y nadan en mí con el sonido cristalino del agua mientras tu abrazo me arropa con suavidad igual que la tarde acomoda al sol en los brazos del mar, allá lejos en el horizonte.

1 comentario:

  1. a mi el mar me invade de recuerdos y a la vez me deja sin palabras, a veces me devasta, me traga, otras me hace flotar... hoy floto en el mar y en tus palabras, y a ratos, camino en la arena, la siento, me siento en ella.

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