martes, 29 de marzo de 2011

Que no me engaño.

Son todas las cosas y más. Quedaré en el mismo sitio por mucho tiempo. Cuando era agarrar un pedazo de papel y cualquier cosa que sirviera para escribir andaba de rincón en rincón garabateando lo que fuera. Que conste que no digo “escribía”. Claro, la vida era solo aquello. Y cualquier imagen del mundo era una palabra inteligente, concreta, rítmica. Hoy con el Word y el teclado, con google y la realeza de la info nadando en abundancias, e incluso el mundo diferente y provisto que he contemplado se me ha agotado la vieja locura por las palabras y me entró esta reciente que es como una casi soberbia de decir sin decir, un arrebato de mensajes y voces que me farfullan para lo que no guardo estación ni ánimos de borronear. Aquí vengo y reviso estas páginas con prudencia, y leo otras y me deleito con el contento saborcillo de significarnos así, con la anécdota del día, con el anonimato de los seudónimos y las banderas, con la poesía y las canciones de nostalgias y mimos, y fotografías que me acarrean pilotando naves y cuando decido que debo decir esto, lo otro y lo que quiero, todas las letras del largo abecedario que heredé se desbandan como esos pájaros negros tras las ardillas heridas.
Me quejo y quejo y ya ni siquiera sé si tengo razón, si de veras me penan los huesos o los tales cuarenta años son solo eso y dolor. Nada me acompaña si me siento aquí, sigo siendo la misma princesa creída, sin castillos ni caballos ni doncellas; la misma gitana de las aventuras que no rebasaron ni la tienda más pequeña, ni viví de los bosques como la seducida Marion, ni me sorprendieron en ferias ni paraninfos con rumbosas orquestas. Todo me lo barrí cuando agité los restos de esos extraños caparazones pavorosos y viciados. Soy yo, la amada de mi amor, la madre de mi estrenado adolescente, la extranjera del barrio, la hermana lejana, la tía de los regalos y memorias. La que se quedó  sin apetitos ni grafías para estos cantos.

lunes, 21 de marzo de 2011

Reencuentro

Solo allí recuerdo que ha de ser ese manto índigo verde plata cristal infinito el que nos volverá a reunir. Si no fuera por estos días donde dejo mis ojos y mis espíritus hundirse en gotas y espumas, donde alcanzo a hablarle a las rendijas del crepúsculo mañanero sobre cuitas, auges y corrientes, si no fuera por este pedacito de mar que le arrancamos a la suerte y al coraje, nos quedaríamos extraviados en este siniestro polvo amarillo que dura más de lo callado.

 Salobre se disipa entre mis dedos, todos los reencuentros del infinito nos alcanzan…

Mar De Mi Patio”
Y si llegaras mar
cuando mi cuerpo fuera tierra arada
y lloviera en mis ojos?
Alga y sal de prusia calentura
¿no te crecen las uñas?
Te veré frente a frente
presa en tus quemaduras, levantando las cejas
dejando ver los ojos con esa indiferencia.
Cómo tú eras cuando yo te elegí.
Diosa naciendo y destronando diosas
si tú al verme fijaras la mirada.
Ven hacia mí, no tardes
puedo perder las fuerzas.
Estoy sola bailando y en mi musgo
me pisan miles de pies desesperados.
Sácame este mareo
este jilguero tosco que custodia mi blanco
esta brújula adivinando el este.
Si te demoras se deshace mi estatua
este cuerpo que danza maravillosamente.
–¿Qué hora es que no llegas
perfumando las calles con tus pescados frescos?–
Mar de mi patio, mar atormentado
lo que me duele
es que mis días
se vuelvan más y más de tierra.

Poema de Elena Tamargo. La Habana, Cuba. Premio de Poesía de la Universidad de La Habana, 1984; Premio Nacional de Poesía “Julián del Casal”, de la UNEAC, 1987. Germanista y Filóloga; Doctora en Letras Modernas. Académica, ensayista y poeta. Traductora de la obra de F. Hölderlin. Entre sus libros de encuentran: Sobre un papel mis trenos, Habana tú, El caballo de la palabra, El año del alma, Poesía de la sombra de la memoria y Bolero, clave del corazón. Después de una estancia en Rusia y otra en México, ahora vive en Miami.

jueves, 10 de marzo de 2011

LIBERADO


El gobierno de Cuba liberó hoy al médico Oscar Elías Biscet, quien rechazó el exilio en España y es el más emblemático de los 52 opositores que prometieron excarcelar ,mediante un inédito diálogo del gobierno con la Iglesia Católica, confirmó el propio opositor la AFP....
"Estoy bien, muy contento de este reencuentro con la familia. No voy a decir que voy a continuar en la oposición porque ni en la cárcel dejé de mantener una actitud contestataria contra este gobierno y los abusos que comete'', dijo por teléfono Biscet.
(Tomado de El Nuevo Herald)

Arzobispado de La Habana anuncia liberación de Oscar Elías Biscet
(Tomado de El Nuevo Herald por Juan O. Tamayo)

La Iglesia Católica cubana anunció el jueves que próximamente será liberado el prisionero político Oscar Elías Biscet, el más firme y mejor conocido de los 75 disidentes encarcelados en el 2003 durante una ola represiva. Biscet, un médico negro quien ha estado sirviendo una sentencia de 25 años por supestas actividades en contra de la Seguridad del Estado, preside la Fundación Lawton por los Derechos Humanos.Con un discurso sereno pero contundente, Biscet se ha convertido en uno de los más conocidos opositores en Cuba, respetado tanto por grupos de derechos humanos como activistas afroamericanos de Estados Unidos. ...
Desde Cuba, el opositor Guillermo Fariñas declaró que la excarcelación de Biscet representa el triunfo de la oposición pacífica frente a un sistema totalitario que viola consistentemente las libertades individuales. "Es una excelente noticia. Biscet es un hombre íntegro que puede contribuir a la unidad del movimiento opositor cubano por toda la serie de planes que ha elaborado'', añadió. "Es un símbolo del anticastrismo que empezó a enfrentar al régimen porque se opuso a los abortos, involucrándose después en otros temas de la sociedad civil''.
La oficina del cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, anunció la próxima liberación de Biscet en un correo electrónico. En otro correo electrónico también anunció la excarcelación de otros nueve prisioneros políticos que no pertenecen al Grupo de los 75. Biscet sufrió numerosos arrestos a partir de 1998. Fue condenado en el 2000 y detenido otra vez en el 2002. Fue juzgado en el 2003 con los 75 en la ola represiva conocida como Primavera Negra. ...
Todos los recién liberados fueron enviados directa e inmediatamente a España con la excepción de unos 10 miembros del grupo de los 75 que, al igual que Biscet, se negaron a salir al exilio....
Las autoridades acusan a los disidentes de ser "mercenarios'' al pago de los Estados Unidos. Pero ellos han dicho que no necesitan recibir un pago para oponerse al gobierno....
El ex preso político Pedro Argüelles Morán calificó la liberación de Biscet como un hecho alentador para todos los cubanos que luchan por una nación libre y democrática. "Es muy importante tenerlo en libertad por lo que representa para el pueblo, los activistas y exiliados'', dijo. "Es un hombre más que tenemos en la calle que va a denunciar las violaciones de los derechos humanos. Su excarcelación es muy importante''.
El economista y periodista independiente Héctor Palacios declaró que Biscet representa una gran oportunidad para el futuro de la nación cubana. "Es inteligente y tiene gran arraigo'', comentó. "Hago votos para que salga con salud y el mismo ánimo de siempre. Estamos esperando el día que llegue a su casa''.

Mi ciudad, mi amor...

Hay días que no puedo salvarlo. Se me clava en espíritu y pena tanto que me enfrío por horas. Hay quienes me dicen que tengo que parar, que ¡ya basta! Pero y qué hago si no depende de mi carácter. La noche me devuelve retratos y sonidos, distingo a todos caminando sobre olas espumantes. Yo vivo contigo, amor mío, cimbrada en el mismo centro de mis senos y está será la injusticia contra la que nunca alisaré mis trampas.
Lourdes Casal fue una poetiza cubana que vivió enredada en dos mundos, dos culturas. Cuando escribió este poema, yo aun no había nacido, así que a mi mente vino la compensación de lo absurdo, este dolor es más viejo que los sepulcros, así que déjenme sobrellevarlo en paz.

Gustavo Segui (Sin titulo)
 Poema a La Habana

Que se me amarillea y se me gasta,
perfil de mi ciudad, siempre agitándose
en la memoria
y sin embargo,
siempre perdiendo bordes y letreros,
siempre haciéndose toda un amasijo
de imágenes prensadas por los años.

Ciudad que amé como no he amado otra
ciudad, persona u objeto concebible;
ciudad de mi niñez,
aquella donde todo se me dio sin preguntas,
donde fui cierta como los muros,
paisaje incuestionable.

Diez años llevo
sin catarla ni hablarla excepto en hueco;
cráter de mi ciudad siempre brillando
por su ausencia;
hueco que no define y que dibuja
el mapa irregular de mi nostalgia.

martes, 8 de marzo de 2011

Mujer

"Hasta que no seamos fuertes juntas una mujer fuerte es una mujer fuertemente asustada... " Marge Piercy
Amanecí, como decía mi abuela, “echando humo como bola por tronera” y solo al mediodía me di cuenta que era 8 de Marzo. Tuve la tele encendida desde las 6 de la mañana para las noticias y en ningún canal local se hizo alusión a nada. Es normal por acá.
Los recuerdos y algunas buenas cosas aun te pueden regar el ánimo. Mas allá de la historia y los logros, que ya sabemos que son la mayoría de las veces el resultado de muchas batallas, mucha violencia y varias muertes, este para mi, es  un día de cariño en la memoria. Despuntábamos el día con flores que nos traían los niños o que nos dejaban en los pupitres, las maestras se ponían marpacíficos en el cabello y a las niñas nos dejaban llevar algún adornito no acostumbrado. Se emperifollaban las mesas del comedor con flores silvestres de los patios, unas cuantas begonias, racimitos de romerillo, jacarandá azul violeta, varios gajos de jazmín, y a veces hasta subsistían lilas escondidas entre los arbustos que hacían de cerca. Restos de vasos en desuso y botellas plásticas cortadas por la mitad, latas de leche vacías y algunas otras originalidades hacían veces de floreros y ese día se le echaba sal a la comida, y los varones nos alcanzaban las bandejas.
Hoy también recordé un montón de mujeres. Mujeres que se deslizaron por mi vida y dejaron su impresión dactilar en el "bum bum" de mi pecho. Recordé a mi bisabuela Memé tan pequeñita y veloz en su casona de Lawton que en aquel entonces me parecía tan larga, el día entero trajinando de atrás para delante de arriba hacia abajo sin que se le alterara la ternura del rostro. Recordé a la abuela de W. y J.A, la abuela Evelia con su voz siempre ronca y sofocada pero dulce, que no solo era nuestra en casa sino también en sus quehaceres en la escuela y nos llevaba a los tres a escondidas a la cocina durante la hora del almuerzo para darnos leche tibia. Encontré en mi surquito poblado a la cocinera María, una negra rolliza con unos músculos de boxeador y una cara de actriz de cine que trabajaba allá en las oficinas de tía y que me salvó de tantas. Se me dieron vueltecita las maestras Nilda, Juana Peña y Fátima, todas ellas con el entusiasmo en fila por la vida. Y mis abuelas La Montesco y la Capuleto, las dos unas mujeres de armas tomar, y mis tías que me hacían reír tanto robándome de las rutinas de las amalgamas y carlancas para mostrarme la vida del otro lado del río.
Hoy también pensé en ti. Porque no tengo las respuestas y me fastidié de las preguntas. ¿No te das cuenta que no le importa tu presencia, que solo extraña tu ausencia, tu carne, tu palabra que le empuja al borde donde vale menos que nada? Y no entendemos, y nada podemos hacer que tú no quieras. Hoy pensé en ti y me pregunté dónde, cuándo, en qué momento de nuestras vidas jubilosas fue exactamente que te arrinconaste, que olvidaste que ser mujer no es un derecho que te dan o te quitan, que te ganas o pierdes en el camino. Tú lo eres, tú lo vales, tú lo mereces.

jueves, 3 de marzo de 2011

Marzo

Para este lado del mundo nos despabila el equinoccio de primavera. Los cambios llegan desesperados y de los viejos fríos y las tardes templadas despojamos las refriegas, los huesos dormidos, las malas ocasiones. Era la época de hacer lucir tus buenas manos para el jardín. Uno de tus lugares elegidos allá en la casa de la calle 15. Pequeño pero dulce. Algunos jardineros duraron años, a otros los mandaste en dos tiros al olvido cuando los mantos y las rosas se estropeaban. En Marzo trasplantabas los helechos, sacabas las macetas de cintas a tomar solecito y al pobre de Picon lo despachabas a la puertecita de hierro a mediodía para que se sacudiera la estación mientras intentaba con sus malos humores comprar golosinas a los vecinos con sus billetes de monopolio.
En Marzo llegó el tesoro más preciado de mi mundo, envuelto en sus líquidos oscuros, gordito como una calabaza y radiante sin apuros. Eras la "Reina del melao" cuando recibiste aquellos bisnietos que llegaron casi a la vez.
Viviste enamorada de sus rostros, sus gorjeos, sus medias palabras, sus fiebres y sus llantos y nada de lo que hacíamos mi hermana y yo te parecía suficientemente bueno. A veces te advertía observándolos mientras dormían y supe que la vida te había procurado todo lo que anhelabas. Marzo ha sido bueno, mami.
En uno de esos Marzos llegué aquí. Aferraditos de las manos, escuchando palabras desconocidas, tiritando de frío en aquel estribo mientras la escalera rodante subía y mi corazón se reventaba de angustia y expectación. La escena hubiera sido toda tu felicidad. Tengamos Marzo así, estrujadito en el alma sin arrimo para otro llanto. En Marzo te volví a ver, la tierrita me regresó a las uñas como sazón a la carne. Y tus ojos, a pesar de que andabas volando como pajarito flaco, se posaron por una vez más en tus otros amores, con la gracia del retorno. Marzo nos envió lo que pudimos gozar por un tiempo o por mucho, nos devolvió algún aguacero de recuerdos, celebramos cumpleaños y nos hizo reír otra vez a todas juntas, acomodadas como la costumbre exigía en los butacones de brocado que adorabas y en la cama de tu cuarto, y allí en el recinto de tu savia: la cocina, mientras nos tomábamos el buchito de café de “por la tarde”.
Fue Marzo la última vez. En Marzo nos volvimos a tener y a despedir, a murmurar los conjuros que como penas podían trastocarse en brisa. Te volví a oler, a tocar los dedos callosos, a sentir los huesos afligidos, y te dejé arropados en el pecho todos los abrazos que pude, y me traje los tuyos apretados y desnudos, tibios y resueltos, como solo tú solías abrazarnos una y otra vez, y otra vez y otra vez…