Orquidea con olor a chocolate. Cuba, Orquideario Soroa, 2010 |
Igualito que con la tormenta que está cayendo ahora mismo. Que llueve y para, que derrumba y escampa, que sopla el viento y asusta y que se calma. Luego habrá que abrir ventanas y luego abrir las puertas. Benedetti, en su novela Primavera con una esquina rota, de las prosas que prefiero, marca así más o menos los espacios de Santiago extrañando a Graciela y al mundo desde una celda colmada por unas “ganas de abrir ventanas y lo que es peor de abrir una puerta”.
Afuera hay una de esas tormentas que conocemos por aquí y que, con este raro calor peregrino en el mismo medio de Enero, asusta tras un aviso de tornados. Y entonces me dieron al fin, unas poquitas ganas de escribirlo. Durante los últimos días habían desaparecido y ahora que lo hago ni siquiera creo que tenga realmente ganas. Y he pensado mucho en el asunto y he sentido que abrir una página y revolver otras no puede ser una presión. Y la he sentido. No es que no quiera escribir, es que no tengo deseos de escribir. Eso para mí, es más o menos, no tener ganas de hablar. No tener ganas de decir. Me gustaría pensar que es una mezcla aderezada de desajustes de hormonas, clima embarazoso y autodisciplina en falta.
Pero también creo que debemos darnos estos chances de regarnos, de parar de decir siempre lo que creemos que debemos decir, de perdernos un poco en alguna bobería, de mandar a “casa ‘e la yuca” las impaciencias, de permitir a la “midlife crisis” que nos arrastre, nos tome el pelo, que nos haga un poco de mierda.
Cosas buenas: ha venido J. Diecisiete años que no lo veíamos. Vino de la Česká Republika a donde se fue casualmente durante el agosto del maleconazo habanero en busca de algo mejor que aquello que teníamos, o de lo que no, en el verano del 94.
Cosas malas: los desánimos
Y de otras cosas: se busca solución tecnología de punta touchless, un invento del 3000, una lectura mental o extraterrestre que le evite a las mujeres tener que visitar al ginecólogo para los exámenes anuales que a cierta edad son necesarios…