sábado, 9 de enero de 2010

La llegada del 2010

El 6 de Enero se celebró en la Habana el “Cabildo del día de Reyes” que según las noticias que he leído en internet, es una celebración tradicional habanera que rememora la fiesta ancestral de los esclavos africanos en los tiempos de la colonia. Que es una antigua ceremonia de los esclavos que bajo las formas sincréticas nacidas alababan sus credos y elegían sus reyes, es cierto. Pero lo que no recuerdo es que este desfile fuera una festividad tradicional habanera (al menos en los últimos 50 años), y que durante la procesión se incluyera el reparto de juguetes, zapatos y otras cosas a los niños. Toda mi infancia la viví en la Habana y no logro encontrar en mi memoria una celebración oficial del “Día de reyes”. Recuerdo evocaciones familiares sobre las navidades, la cena de noche buena, el arbolito que nunca más se colocó en la sala, y los ajustes necesarios que haría mi familia para la sí muy revolucionaria popular época de 6 días, por turnos, largas colas, y desesperación de los niños, del derecho a la compra de los juguetes “básico, no básico y dirigido” (que en otras palabras eran bueno, regular y malo) que “nos tocaban” por la libreta de racionamiento. La verdad es que nunca escuché que durante estos días, artistas plásticos, músicos, bailarines, entre otros se juntaran en una fiesta tradicional en las calles de la Habana para estas celebraciones, y mucho menos que autoridades nacionales, figuras extranjeras, y algunos otros repartieran juguetes, libretas, y zapatos. Quizás la memoria me falla. Pero bueno, si juntos en esta fiesta, en este carnaval santero, se reúnen, mientras gritan sus sueños y penas, entre bailes, música y colores, los que saben y los que no, los que creen y los que no, en fin, el pueblo, los niños, los jóvenes los viejos, pues bienvenida sea por este y muchos años mas.
Así recordé yo también que ya llevo viviendo unos cuanto días del 2010. Proponernos metas durante estos primeros días del año es lo más típico. También es típico que no nos acordemos de ellas ya en el mes de febrero, y mucho menos después, cuando caemos en cuenta que en vez de lograr nuestros objetivos nos hemos retrasado aun más. Todos sabemos cuáles son las metas más comunes: comenzar un estilo de vida más sano, intentar caminatas o ir al gimnasio, preocuparnos por comer saludable, perder peso, dejar de fumar, recomenzar los estudios, encontrar una manera de aumentar los ingresos, encontrar el príncipe, o la princesa azul. Metas diversas, objetivas, extremas, enérgicas, de corto o largo plazo, quiméricas o alcanzables, etc.
Una pieza es proponerse estas metas y otra es arrancar de una vez en la consecución del objetivo. Una cosa son las propuestas y otra los deseos. Todavía hoy no tengo muy concientizado el tema en el aspecto personal. Aun ando media vaga en el asunto, sobre todo porque para ello necesito valorar facultades físicas, mentales, tiempo disponible, gastos y demanda familiar. Todas las grandes cosas relacionadas con la familia, el trabajo, la económica de casa y los demás aspectos sociales están ahí siempre sin que tenga que pasar lista. Por lo pronto tengo algunas pendientes y voy a proponerme pequeñas cositas para ver si con ellas logro algo más grandecito. Me propongo comenzar a leer el libro que nos toca este mes para nuestra discusión en el bookclub: “Agua para elefantes”. Como ven ahí ya voy atrasada por andar leyendo lo que no estaba escogido.
Me propongo recoger menos regueros en casa, disminuir el tiempo de preparación de comidas, dejar los pelos del perro en el sofá sin sufrir más de lo necesario, y no molestarme porque mi hijo no me responde todas y cada una de las preguntas que le hago desde que regresa de la escuela. Es decir, respetar un poco más el espacio y privacidad de los otros: no tocar sus pertenencias dejándolas tiradas donde están, complacerlos en salir a comer fuera de casa porque no hay nada “hecho”, dejarlos revolcarse en el sofá y que se les llene la ropa de pelos en las mañanas, no acosar al niño, porque ya no es un niño, con preguntas cuyas respuestas me darán mas ocupaciones.
Vamos que respeto todas las grandes cosas que todo el mundo se propone cada año y creo que verdaderamente hay que soñar en grande para llegar hasta allí…allí. Pero yo todavía ni siquiera me doy cuenta que estamos en otro nuevo año, y ya vamos por nueve días…Así que por ahora esas son mis pequeñas metas, quizás más adelante comience a hacer una nueva lista.
Espero que las de todos ustedes también sean serias, prácticas y alcanzables. ¡Feliz 2010!

1 comentario:

  1. Hola Fermina me gusto mucho tus propuestas para el 2010, yo me propongo a diario lo mismo y cumplo menos de la cuarta parte, pero todos los días lo intento. Espero mejorar!!!. Un saludo. Chela.

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