Solo allí recuerdo que ha de ser ese manto índigo verde plata cristal infinito el que nos volverá a reunir. Si no fuera por estos días donde dejo mis ojos y mis espíritus hundirse en gotas y espumas, donde alcanzo a hablarle a las rendijas del crepúsculo mañanero sobre cuitas, auges y corrientes, si no fuera por este pedacito de mar que le arrancamos a la suerte y al coraje, nos quedaríamos extraviados en este siniestro polvo amarillo que dura más de lo callado.
Salobre se disipa entre mis dedos, todos los reencuentros del infinito nos alcanzan…
“Mar De Mi Patio”
Y si llegaras mar
cuando mi cuerpo fuera tierra arada
y lloviera en mis ojos?
Alga y sal de prusia calentura
¿no te crecen las uñas?
Te veré frente a frente
presa en tus quemaduras, levantando las cejas
dejando ver los ojos con esa indiferencia.
Cómo tú eras cuando yo te elegí.
Diosa naciendo y destronando diosas
si tú al verme fijaras la mirada.
Ven hacia mí, no tardes
puedo perder las fuerzas.
Estoy sola bailando y en mi musgo
me pisan miles de pies desesperados.
Sácame este mareo
este jilguero tosco que custodia mi blanco
esta brújula adivinando el este.
Si te demoras se deshace mi estatua
este cuerpo que danza maravillosamente.
–¿Qué hora es que no llegas
perfumando las calles con tus pescados frescos?–
Mar de mi patio, mar atormentado
lo que me duele
es que mis días
se vuelvan más y más de tierra.
Fotos y poema que deberían estar "a la vora de la mar" Yo ya los he hecho mios.
ResponderEliminarQue bonito el poema.
ResponderEliminarY también las fotos.
Una delicia.
Besos.
Y el mar, siempre y otra vez el mar como único horizonte y libertad soñada.
ResponderEliminarPrecioso conjunto, Fermina.
Besos.
Bellas las imagenes y bello el poema, extraño un mar con esa luz. Un abrazo.
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