jueves, 5 de agosto de 2010

La otra (IX)

“Nada, que las cosas así pasaron y así tenían que pasar”. Eso decía ella cuando recordaba aquel primer amor que se fue como llegó, como una nubecita de polvo sacudida. Nunca más supo del artista ni de su madre chiflada, ni sus tíos y primas se atrevieron a contarle que tenían guardados restos de aquella pintura que África creía había marcado la anuencia del olvido. Los días volvieron a ser lo mismo que antes, largas peregrinaciones de casa en casa, bultos de ropa sucia, fardos de almidón, prendas limpias con olor a blanco de madrigal y canturreos de brisa mañanera para aliviar las caminatas y las piernas hinchadas.

En una de las tardes de paseo por el parque conoció a mi abuelo. Poco caso le hizo pues parecía tímido y callado y ya había tenido bastante con un caballero flojo. Vivía también con su madre y trabajaba en la naciente industria del cine lo que significaba que se ausentaba de casa en las noches. Se lo dijo a su prima Delia “no, ese tampoco es para mí”. Pero Norberto encontró espacio, valor, y paciencia para galantearla y resquebrajar ese fingido desinterés por la pasión. Le envió esquelas a través de sus primas y flores con regalos delicados con la vieja Caridad que desde el primer momento miró con buenos ojos al joven “con cara de actor”. Mostraba una cara ovalada preciosa, su mentón pactaba afinadamente con sus labios delineados, delicados, y su nariz agraciada le procuraba un aire de herencia exótica. Sus ojos eran oscuros adornando su tez blanca y un cabello castaño confuso y siempre bien arreglado. Su sonrisa era la armonía perfecta en aquel bello rostro de varón. África quería desatar la guerra in situs, llevarse por delante la expectación, el aborrecimiento, las conformidades, las quimeras, todo lo que luego pudiera absorber otra vez su alegría y mudarla en rencor. Ella no sabía vivir así. Su espíritu franco, su felicidad generosa no se le podía arrebatar a pedazos y a empujones. Norberto batalló esa guerra como una insuperable esperanza de vida. Le prometió de rodillas, cursi y desesperado amarla por siempre y hacerla feliz, le prometió que su sonrisa jamás se borraría de su rostro y le entregó la llave de una casita fresca, con portal, ventanas y barandas, frente al mismo parque donde durante tantos meses él le alabó su vital existencia.

El catorce de Julio de 1937, un día antes de que los japoneses atacaran el puente de Marco Polo e invadieran China y los franceses celebraran una vez más su fiesta de independencia con fuegos artificiales iluminando La Bastilla y mientras en Broadway la tristeza por la muerte del gran músico George Gershwin embargaba muchos corazones, África y Norberto se casaron. Ella me contó que tenía tanto miedo de irse a la casita nueva esa misma noche y de estar a solas con él que le pidió tres días para acomodarse y mudar su indumentaria y los regalos de boda, pues así, ya casada podía preguntarle a su tía que debía hacer. Siempre fue alegre, pero recatada. Conversadora pero reservada. Segura de sí misma, pero atenta al consejo. Eso sí, novelera, novelera….repartía la vida con todos sus cinco sentidos. Ella que tenía sus dicharachos para todo, de esta vieja historia siempre dijo: “Nunca se pierde, siempre se aprende”. Desde entonces él la llamó Hilda.

Vista del Barrio Lawton, Municipio 10 de Octubre, La Habana, Cuba. Foto tomada de Grupo Barriadas de Lawton y Luyano, Facebook.

16 comentarios:

  1. :)

    Una historia deliciosa.
    Delia debía reírse, así que no era para ti eh?

    Besos.

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  2. Por Dios, juro que conozco esa esquina, pero no recuerdo la dirección exacta.

    Saludos,

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  3. Daphne creo si mal no recuerdo que es la parte que llamaban la escalinata de Lawton.
    Me gusto la foto pues a pesar de que no es la parte de donde viene mi familia, tiene el panorama general de lo que es el barrio.
    He estado buscando fotos de las calles San Mariano, Milagros, Lawton, Armas, del parque Butari, pero no encuentro. Y esta vez cuando fuia Cuba no pude ir.

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  4. Fermina, en Lawton hay muchas escalinatas. Me atrevo a jurar por la familiaridad de la imágen que es una de las esquinas después de la calle C, ya sea 13,12,11... Casi todas esas calles poseen escalinatas, sólo no logro decifrar cual es. La casa de la esquina la conozco y no logro acordarme donde...ah!. Conozco bastante bien la zona pues asistí a la secundaria en B y 11, Camilo Cienfuegos y las clases de educación física eran en el Ferroviario.

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  5. Chica, tienes ritmo hasta para escribir!
    Me encantó la historia :)
    Bienvenida a mi blog y ya me sumo al tuyo!

    Cariños!

    =) HUMO

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  6. Me ha gustado mucho. Tuve una amiga que vivía en una casona de Lawton, me impresionaban dos cosas allí: el alto de los techos y que mi amiga vivía en lo que antes fue el cuarto de las sirvientas, su mamá la había enviado al patio con su marido, para que aprendiera a conseguirse un techo propio por ahí.

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  7. Daphne: Tienes razon pero no se cual de ellas sera, realmente esa parte de Lawton la conozco menos, recuerdo bajar y subir las escalinatas para algunos mandados con mis abuelas y mis tias, pero no me se ubicar tampoco. Te digo saque estas fotos de este link,

    http://www.facebook.com/group.php?gid=81746236932

    un sitio de internet y un grupo de Facebook que hasta vi que hacen reuniones anuales de la gente del barrio de Lawton.
    Pasate por alli a ver, tienen miles de fotos...

    Nos vemos
    Buen fin de semana

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  8. Hola Humo:
    Gracias por visitarme.
    No habia pensado mucho en eso del ritmo, pero ahora que lo dices tienes razon, creo que a veces peco de eso , pues a veces me cuesta encontrar la palabra que quiero y creo que ese aspecto influye...
    Nos seguimos viendo, gracias!!!
    Que tengas buen fin de semana

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  9. Hola Belkys:
    Asi son las casonas esas de Lawton y de esos annos en general, y con unos soportes o columnas, no se como se llame, bien altos y lindos...
    La mandaron al patio? Ay no se!, y bueno conseguirse un techo propio en Cuba nunca depende de la propia persona, es casi imposible...La necesidad de vivienda hizo que las familias "descuartizaran" las casas lindas en pequennas cuarterias para que todos tuvieran un pedacito de privacidad. Eso de los cuartos de "las sirvientas" dejo de existir con ese concepto desde el "huracan" del 59.....
    Gracias por pasar por aqui, el ultimo cuento estuvo fabuloso...
    Feliz fin de semana!

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. Hola Toro:
    Si, me imagino que Delia se rio bastante!
    Y sabes? Ellas fueron tan unidas siempre, hasta sus ultimos dias...
    Que tengas buen fin de semana de vacaciones!
    Nos vemos
    Ah, el mensaje anterior lo borre yo misma dandole a un boton que no era???

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  12. No siempre se es de quien se espera,
    y el que la sigue la consigue...
    Un bello relato y gracias por el paseo.
    Como están esas cuadras...

    Besos, Fermina

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  13. Me ha encantado esta historia.
    ¡Qué destruído está todo! pero qué bien se construía hace años, con el poco mantenimiento que tienen esas casas aún se mantienen en pie.
    Que tengas una buena semana.

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  14. Lola y Eva
    Si amigas, todo destruido, y tienes razon, que bien se hacia antes, con los annos que tienen y aun pie, tambien mucho se ha caido,la casa demis abuelos por ejemplo ya hace annos se cayo.
    Sin embargo si vieran la parte mas "moderna" de la Habana,los edificios de "cajita de fosoforo" que solo tienen 30-40 annos, ya hace annos estan superdesturidos.
    Feliz fin de semana para las dos tambien!

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  15. Bonito relato, Fermina, la foto podría ser de cualquier esquina de cualquier barrio, la esencia es la misma: el tanque de agua, las sábanas colgadas en la azotea, las fachadas despintadas, el busto de Martí y a lo lejos, una palma. Eso es Cuba!

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  16. Hola Fermina. Me gusta la historia, la esquina, estoy casi seguro que es la calle 11 y D, vivi muy cerca de ese lugar en los años previos a mi salida de Cuba. Sigue escribiendo, lo haces muy bien.

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