sábado, 26 de junio de 2010

Crónicas tragicómicas de un viaje. Mi querida Habana.Los preparativos (III)

Ya tenemos pasaje. Confirmado y pagado. El pasaje cuyo costo actual es de 389.00 dólares por persona, incluye los impuestos de venta, impuestos de aeropuerto de salida de Miami, y el famoso y nunca bien esclarecido pago de la póliza de seguro médico. Este último pago es una imposición del gobierno cubano (disculpen la redundancia) que aun no explica bien que pasaría si nos enfermáramos, ni dónde específicamente nos atenderían, ni a que medicamentos tendríamos derecho, o como seremos cubiertos en caso de accidentes de cualquier tipo, etc. Pero hay que pagarlo y de eso se encargan las “agencias aseguradoras cubanas” expresión que me sorprende venga del régimen que tanto ha criticado términos capitalistas y pequeños burgueses como ellos mismos califican. Pero bueno, ya sabemos de la pata que cojean.

Por lo pronto yo sigo con “los nervios de punta” pues además del chequeo aduanero cubano que siempre implica el reflejo de odios disparatados, la incertidumbre de si te pedirán o no más dinero por lo que llevas y eso que lo que nos preocupa es un intercomunicador con televisor que es para un niño muy enfermo, también confieso mi pánico a los aviones.

Alli legaremos en unos días, en medio de la liberación del preso de conciencia Darsi Ferrer mientras otros tantos periodistas y cubanos que luchan por la libertad siguen en las cárceles, mientras Silvio Rodríguez regresa de su gira por los Estados Unidos alegando que fue “interesante” (además de ver después de 43 años a una prima, que seguramente le hicieron su “acto de repudio” cuando se fue), y mientras Fariñas cumple 4 meses de huelga de hambre manteniendo sus principios. Allí llegaremos, y no sé si nos descubriremos como algunos más en medio de la masa o si podremos hacer que la vorágine amenazadora no nos detenga al menos en las palabras y la verdad.

2 comentarios:

  1. Fermina, tranquila, que pronto estarás con los tuyos en nuestra tierra, que sigue siendo nuestra a pesar de que algunos nos la nieguen.
    Disfruta esos días, y llénate los ojos y la memoria con todo lo que puedas para que después nos cuentes.
    Un abrazo y cuídate.

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  2. Pásala bien, Fermina, y besa La Habana por mí.
    Ya nos contarás cuando regreses.

    Besos.

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