lunes, 19 de marzo de 2012

Recuento

Desde pequeña quise ser actriz. Como casi todas las niñas. De las cosas que se me ocurrieron en ese largo camino hasta el momento de elegir, fue la única que atesoré con esperanza. Crecí en una casa llena de espejos y lunas inmensas y me paralizaba ante ellos con vestidos, zapatos y collares de mami y tía. Teníamos una buena biblioteca donde se podían encontrar viejos long play de 33 y 45rpm de boleros, zarzuelas y algún que otro importado. Lo mismo imitaba a Sarita Montiel que me deleitaba siendo una versión femenina de Barry Manilow. Cuando me di cuenta que no tendría ni cuerpo de modelo, ni afinación ni voz, ni aptitudes de danzarinas igual quedé tranquila pues ser actriz era mucho más que eso y si podía escribir mejor aun. Teatros, obras de la escuela, monólogos, declamaciones, y escuela de arte. Seguí cada paso con cautela y timidez. No lo logré. A alguna edad te das cuenta que hacen falta mucho más que persistencia y talento para conquistar algunas cosas. En ese largo camino también soñé con ser piloto de aviones comerciales. Coleccionaba y armaba todos los modelos que vendían y que por supuesto eran todos los aviones rusos del momento: Ilyushin, Yakovlev, Tupolev, Antonov, me los conocía al detalle y me devoraba toda la literatura rusa sobre el tema. La única escuela de aviación cubana radicada en la isla no aceptaba mujeres. Un día también comprendí que mis hipo-glicemias y constantes migrañas no me llevarían a ningún lugar de esos. Pero como la vida no es vaca cerrera y si te apuras alcanzas, me hice maestra, y a pesar de los inconvenientes que los difíciles años del “periodo especial” y el descalabro nos fueron reportando, terminé viviendo entre la música y el arte con la satisfacción de escuchar cada nota y sentir cada interpretación con la misma fibra de aquellas viejas ilusiones.
A unas pocas horas de que mi hijo cumpla catorce años lo miro y me pregunto si algunas de todas las ilusiones que ya va almacenando las lograra vivir. O si fantaseará con algunas demasiado engrandecidas. Ser adolescente es complejo. Allá lo vivíamos diferente, y a nadie le conmovía si tus hormonas o tus espacios tenían importancia. Mi hijo dice, y es lo único que ha dicho en muchos años, que quiere ser médico. Busca en internet el ranking de universidades para hacer el pre-med y la carrera, costos y especialidades. Y quiere ser tan brillante como Dr. House. Parece ser que el también tiene su Barry Manilow y su Tupolev. Pero no le decimos que para lograr algunas de estas cosas no solo se necesita persistencia y talento. Solo quiero que sea noble. Suponemos que haber dejado tanto atrás para intentar proveerle un futuro será recompensado.
 Le vi afeitarse su bigote por primera vez y recordé cuando lo mecía en el sillón por horas. Lo miro y estoy tan segura de que no haber sido actriz o piloto de aviones, no me dejaron ni una marca. Lo veo patinar y reírse con los amigos, lo veo llegar de la escuela diciendo “que hambre tengo”, lo observo cuando duerme y casi se le salen los pies de esta cama, y estoy tan segura que la mayor satisfacción de mi vida no me la hubiera dado ninguna profesión.

15 comentarios:

  1. Lo más bello que he leído en mucho tiempo. Lamento no sentir tu sentir de madre...Un rumor de emociones me llevan a mi cama...¡Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Manuel, gracias por tus palabras, el anterior lo suprimi pues cometi gran error ortografico. Buenas noches!

    ResponderEliminar
  3. Cuando se es niña se tienen muchos sueños y fantasías y, al crecer, la vida da un vuelco y somos, quizás, lo que nunca soñamos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Asi es. Y cuanto tiempo perdemos en pensar y annorar eso que nunca fuimos, pero bueno, es parte de la vida.

      Eliminar
  4. "La vida no es vaca cerrera y si te apuras alcanzas." Esa frase tendría que acuñarse en moneda de oro. Linda tú, Fermina!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay Guardarraya , me he reido. Mira que a veces a uno le salen asi unas frases y ni sabe como llegaron...pero es como una imagen en la cabeza y que no riene otras palabras..no se...

      Eliminar
  5. Qué hermoso, Fermina! La más grande de todas las profesiones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy Marianne y fijate que a veces me quejo como una loca!!!!Estoy harta de esto y de aquello y de lo otro! Pero a veces un solo segundo inmenso me hace olvidar tanta quejumbrera...

      Eliminar
  6. Que sea noble.
    Trabaje de lo que trabaje.
    Seguro que será feliz.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Que sea noble Toro, que sea noble, haciendo lo que sea. La nobleza y la bondad que se ha perdido ha hecho de este mundo tode el zafarrancho que se vive...

    ResponderEliminar
  8. Fermina, ser madre no lo cambio por nada. Y ya verás que tu hijo va cumpliendo sus sueños aunque algunos se queden por el camino, es la vida.
    Saludos,

    ResponderEliminar
  9. ¡A ver, tu y Lola Santana! Ser abuelo es lo más maravilloso. Abuelo para tirarte por los suelos sin que digan que estás loco. Abuelo para volver al quiosco y comprar chucherías según colores, o estampas de los equipos del último mundial o de la liga actual. Abuelo para ponerle paños fríos porque la fiebre ha llegado a 39'8ºC. Y tener todo el tiempo del mundo para ser abuelo. ¡Vamos, no hay nada como ser abuelo!

    ResponderEliminar
  10. Si logramos que alcancen ser ellos mismos y se sientan felices con ello, creo que me conformaría también.
    Besos, Fermina.

    ResponderEliminar
  11. Qué lindo!Cuánta ternura y cuánto calor humano hay en cada una de tus palabras.
    Cuando te leo siento que estamos cerca!
    Yo también siento que ser madre (y abuela)es lo mejor que me ha pasado en la vida.
    Ya verás que tu hijo llegará lejos. En este país los estudios universitarios son caros, pero hay ayudas y préstamos económicos a los alumnos talentosos.
    Yo vine de Cuba en 1997, como venimos casi todos los cubanos, sin un penny en la cartera. Mi hija mayor tenía en aquel entonces 22 años y una decisión muy firme de hacerse dentista. En los tres primeros años trabajó muy duro como asistente dental y a la vez estudió en el Community College de Miami. Cuando terminó el college aplicó en varias universidades... En el 2000 La aceptaron en la que menos yo esperaba: La NYU, una de las universidades más caras de Estados Unidos...En aquellos años viviamos en el Sur de la Florida y en Nueva York no teníamos a nadie.... Pero ella se fue a realizar sus sueños...Se graduó en el 2004. Hoy tiene su propia oficina en Lutz, Fl. Bien han valido la pena los años de sacrificios.
    Ya verás que tu hijo, si se lo propone, también se hará doctor.
    Un beso,
    Espe

    ResponderEliminar