miércoles, 30 de noviembre de 2011

“Our house was our castle and our keep...”

Ahora se pueden vender casas en la isla gracias al Decreto-Ley 288. Es decir, ahora los magníficos de la pagoda comuñanga-sociolista te dejan hacer lo que tú quieras con tu propia casa. Se puede vender y se puede comprar. La demencia con los precios y el carnaval caribeño del “real estate” llegaron a destino salsoso. Ahora tendremos “permutas” y otros asuntos finalmente asentados por el patrocinio de la ley. Claro, de la ley de la botella erguida, antes AKA ley barbiluenga. Y claro, esto es bueno, pero sensible. Donde se ponga el dedo aparecerá la llaga. El respeto por el derecho ha llegado tarde, tan tarde que no habrá manera hacer compaginar este con las penurias actuales de vivienda de las familias cubanas. ¿Quién podrá comprar? Les invito a hacer una visita por sitios como Revolico o Cubísima por solo mencionar dos de los más celebres.
Desastre, locura, humillación. Que me recuerdan algunas historias de casas.
Mi casa de la calle 15 muchos años ha…fue propiedad – como ha constado, inscrita y pagada en certificado- de mi abuela, o sea mi mami, nacida como África, conocida como Hilda. Murió a los noventa y cinco años, orgullosa de haber dejado a su descendencia lo poco que podía (según la época y lugar que ya sabemos): una buena casa que era todo el fruto de su duro trabajo como costurera, lavandera, posadera y cabeza de familia. Sin necesidad de un testamento se traspasó la propiedad a sus hijos: mi padre y mi tía. Cuando ambos comparecieron ante “las oficinas de la vivienda” para rubricar un nuevo certificado de propiedad les obligaron antes a pagar la casa otra vez. Ante el asombro y reproche de ellos la funcionaria, una mulatona muy joven y cuerpua, le espetó a mi tía en su cara: “Oiga señora no se me ponga bravita, pero tiene que pagar, usted ahora va a hacer propietaria de una casa” a lo que mi tía le dijo: “¡Gran cosa! ¿No? No se me ponga bravita usted, yo soy propietaria de esa casa hace muchísimo tiempo, seguramente antes de que tu nacieras”. Con omisión de esta platiquita que la tía me contó y que las condujo a un ligero careo sobre leyes absurdas, despojo y falta de respeto, la cosa en esencia fue que la casa ya había sido pagada en su totalidad a lo largo de unos veinte o treinta años, ahora si querían el papelito en mano (cosa necesaria por disputas heredadas) había que pagarla otra vez. El dilema ¿Cómo? Bueno ¡al rescate los apátridas! con un envío por la Western. Y solo así, mi tía y mi padre tuvieron el derecho a poseer lo que ya era suyo.
Otra de mis tías, Capuleto y Lawtense, ya no cabía en la casa humilde de los abuelos donde había que lidiar con cuatro hermanos, algunos cuñados y varios sobrinos. Mi abuelo tenía suficiente dinero para haber comprado por aquel entonces un pequeño cuarto, un sencillito apartamentico, un llega y pon, lo que fuera. Pero era ilegal. No se vendía, no se compraba, no se alquilaba. Esta mi tía, que además era epiléptica y necesitada de un poco de privacidad- juro que a veces era feroz permanecer allí- agarró sus gemelas y su tercera bebé, pateó una puerta de una vivienda vecina que estaba deshabitada en el nunca bien ponderado Pasaje Vázquez, rompió el sello amarillo de “vivienda” y decidió que allí viviría hasta que la sacaran muerta. Tardaron en llegar unos 5 días. Primero la policía y ella les dijo que se la llevaran presa o le ganaran a patadas. Luego vinieron los funcionarios de “vivienda”. Le dieron un mes. Y luego otro, y hubo días de estación de policía, y luego otro mes, y finalmente casi veinte años después le dieron un papelito con su nombre y el cuño del derecho a propietaria cuando terminara de pagar. Habían revisado su expediente y conocían el caso, e incluso constaba las veces que ella había ido a solicitar ayuda mucho antes y les había hablado de varios cuartos allí en el mismo pasaje, deshabitados por años. Pero no se podía vender ni comprar. Ilegal. Ilícito. Contrarrevolucionario. Rezagos pequeños burgueses. No crean, yo también le dije lo mal que me parecía tal violencia. Ella solo me miró. Era mi tía y me quería. Y yo la criticaba revolucionariamente desde mi casona calentita de Miramar. ¿Habría podido esta ley solucionar este “pequeño problemita” de tantas familias cubanas unos cuantos años atrás?
Bueno, yo solo andaba por aquí pensando en esto, pues quizás ahora muchos puedan cumplirle a sus padres algunos de esos sueños que ya se habían arrinconado. Digo yo.

En el Penthouse de Heriberto ...
...se instaló una tristeza profunda. Llevaba yo varios días esperando algún nuevo post. Entré varias veces al Blog y no logré avizorar, no había ni una nota sobre la ausencia. Ayer me cansé de esperar y escribí en el buscador de Google David Lago Gonzales y el asombro de su repentina muerte me sorprendió como a tantos. No lo conocía. Visitaba su Blog y disfrutaba su poesía, sus artículos y ensayos perspicaces, su violenta sinceridad, su desgarro generacional y su  abatido afecto por un  Camagüey que ya no existe. No quiso volver a Cuba. Y dejó claro que no quería que su obra fuera publicada mientras subsistiera la dictadura. Fue un creador enérgico, persistente, agudo, colaborador, constante. A pesar de enterarme dos meses después, y sin saber siquiera de que ha muerto tan inesperadamente, tengo la certeza de que en Madrid y por estas cibertierras se le va a extrañar muchísimo. Cuba pierde a un escritor y poeta consagrado a su época y su destierro.
David Lago Gonzales (1950-2011)
La Historia sepultará al Hombre.
Mi corazón se detendrá de repente en cualquier calle de Madrid, mi sangre se helará como el agua en una tubería una noche de crudo, imprevisible e incontrolable invierno: una ola de calor súbito me exprimirá como a un limón mientras leo sentado en un banco de El Retiro y al cabo de muchas horas, cuando ya comience a atardecer y se haga raro que alguien pueda leer en la oscuridad, un policía bajara de su caballo y me zarandeará levemente por el hombro creyendo que me habría quedado dormido, y será entonces cuando todo mi cuerpo se desmorone y se convierta en cenizas.
Un montoncito de cenizas sobre un banco de El Retiro, más pequeño que el libro que haya estado leyendo. Eso seré yo.
Pero todas estas formas de morir, tan aparentemente naturales, serán en verdad manifestaciones de la irrealidad. La verdadera causa será el peso de La Historia.
The boulevard of the broken dreams” David Lago González

4 comentarios:

  1. Fermina: ¿quién podrá comprar? Pues lo que hacen rato pueden; los que están en el poder y esa clase media alta que ha sabido, en escaramuzas ilegales generalmente, hacerse de capital. Lo triste es quiénes serán los que venderán y para qué utilizarán el dinero. Pero bueno, en estas cosas, no soy extrema y todo paso adelante me parece bien.
    Cuando murió David Lago escribieron algunas notas sobre él. Yo entré muy poco a su sitio y como luego sucede, le presté más atención cuando leí que habia fallecido. Siempre que me suceden esas cosas me da verguenza. Un abrazo grande

    ResponderEliminar
  2. Pasará quizás como en la URSS y los países satélites?

    Los jerarcas comunistas son ahora capitalistas convencidos y muchos multimillonarios.

    Que pena esa muerte.
    He entrado por primera vez en su blog y da cosa...
    Hay un poema que se titula "Una noche del año de 2006" que parece profético.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Pensé que sabias de David, yo me quedé petrificado cuando vi la noticia, tuve la sensación de que se había ido alguien cercano, su blog era de los que siempre repasaba como parte de mi rutina, recuerdo que estaba trabajando y no pude evitar que se me humedecieran los ojos. Es una pena que habiendo tanto HP inutil por el mundo se vayan primero gente como él. En fin que descanse en paz. Un abrazo para ti.

    ResponderEliminar
  4. Ah, que triste, muchas gracias por recordar a David, su luz era tanta que tardaran años para darse cuenta... Un abrazo
    marga

    ResponderEliminar