jueves, 17 de noviembre de 2011

Mi otra mitad

Otra vez preparando viaje para el parque grande del ratón, esa maravilla que inventó el Señor Walt y que ha sido más exitoso que merengue en puerta de colegio. Ya le avisamos a nuestro “pequeño” de trece años que las próximas vacaciones de Acción de Gracias deberíamos hacer algo diferente. Pero no cabe de alegría al tener la oportunidad de enseñarle a la tía, a sus setenta y tres años, este lugar que tanto lo ha maravillado y que mucho ha disfrutado, aunque la tía tiene miedo que él la obligue a treparse a la montaña del Yeti o que se la trague Jaws en uno de sus zarpazos.
Siempre rebaso este día con ese ambiguo sentimiento de alegría y culpa. Lo mismo de siempre, porque unos pueden y otros no. Porque la familia y La Habana…y tanto más. Y pudiera separarme un poco de ello como hacemos cada día sin poder evitarlo desde que nos taladra el reloj despertador: ocuparnos de nuestra vida ordinaria y particular hasta volver a caer en el mismo lugar y regresar a ubicar el reloj para las próximas horas.
Y esta vez, particularmente, pensé en ti. En todos esos años en que gracias a Mami nos veíamos los fines de semana, los cumpleaños y parte de la vacaciones. Qué suerte que tuvimos las dos, aun separadas, de tener tantos abuelos extraordinarios y dispuestos. Recuerdo aquellos vestiditos que nos bordaba Mami incrustando mariposas e insertando lazos y toda la ropa que nos inventaba siempre igual para las dos, ni un detalle disparejo. Tú con tu pelo oscuro y satinado, el mío medio claro y aturdido, mi cara de letargo y tu rostro de asombro. No nos gustaba mucho aquello de las fotografías pero creo que hoy agradecemos esta inviolable tradición familiar.
Los cumpleaños en la casa del río de los Montesco, las visitas a Lawton y la chivichana a toda velocidad San Mariano abajo, hogar del extenso clan Capuleto, las incursiones al parque Dolores y al cine San Francisco, luego vivir juntas en la casa de la calle 15, los años de la secundaria, la beca, los de mi melancolía y mal humor y tu rebeldía y locura, yo tirada en la cama con un libro y tu sin llegar, las noches de fiestas y tertulias callejeras, de peleas y confidencias, el tiempo en que ya nos cuidábamos la una a la otra: los días estresantes con tu reacción a la anestesia y la vez que me llené de parásitos en medio de la peor escases y ya no sabías que hacer conmigo en los días de hospital, luego los niños llegando casi al mismo tiempo, siempre juntas a los ultrasonidos, los chequeos, los laboratorios, llegar a casa con ellos. Criarlos juntos, como nosotras, y mami tan feliz de esta nueva algarabía, y compartirnos los regueros y las comidas, las responsabilidades y las noches. Han sido buenos años, a pesar de las pérdidas, las ausencias y unas pocas averías que nos deparó el camino.
Haciendo la maleta pensé en ti. En este viaje voy a pensarte. Todas las cosas que habríamos hecho, lo que nos hubiéramos reído y jugado entre tanta “montaña rusa”, muñecos, parques y juegos. Yo con mi miedo constante y mis recelos y tú con tu atrevimiento y tú impulso. O haber estado todos con los niños y verlos como tantas veces disfrutarse y quererse. Los abuelos nos mirarían felices, a pesar de aquella ingénita guerra que se lidió para lograr que viviéramos juntas. Habernos tenido. Tenernos. No sé que hubiera hecho sin ti. No imagino mi vida sin ti. A pesar de que nunca te lo digo.

8 comentarios:

  1. Una corta pero preciosa colección de fotos familiares que ilustran ese recuerdo de tu hermana. Por lo que se ve fuisteis felices conociendo a Mickey Mouse solo en la pantalla y construyendo en vuestras infantiles mentes los castillos, los bosques, los desfiles, etc. del Sr. Walt. Yo me he considerado siempre un poco durillo y no se porque siempre despiertas cierta ternura cada vez que te leo. Saludos

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  2. Y que suerte tuviste Fermina de poder compartir tantas cosas.
    Besos y buen fin de semana.

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  3. Fermina: hermosas tus fotos. Se parecen mucho ustedes. Uno siempre anda con los suyos en cada cosa que disfruta aunque no estén. Buen viaje y buen fin de semana

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  4. Walt tiene ese poder de seducción y de atrapar recuerdos. De hacernos subir a la montaña rusa de la infancia reencontrada. No te eches culpas...
    Se las ve relindas en las fotos que compartes.
    Siempre me ha fascinado ese Mami... mi hijo me llama así también. Lo heredó de su lado cubano;)
    Besos, Fermina.

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  5. FErmina tú eres una cuentera natural. Pocos son los seres que he conocido con la capacidad para conjurar los recuerdos. Y es que para recordar con nitidez hay que ir sintiendo desde la raíz del cabello y tú lo has sabido hacer.
    Es amable este sitio, no me canso de decirtelo

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  6. Que la tía suba a todas las atracciones.
    Verás que bien lo pasa.

    Gracias por compartir fotos y emociones.

    Besos.

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  7. Que lindas tus hisotrias siempre Fermina...se vive através de ti.
    Suerte de ver ese mundo mágico, más que en la pequeña pantalla.
    Lindas fotos, mejores recuerdos.

    Un beso, querida.

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