martes, 12 de julio de 2011

"Las ciudades son libros que se leen con los pies..." * (I)

Viajar es muchas cosas. Mucho más que pura aventura. Un viaje hurta la raíz, precipita tu experiencia, desclava la voz de tus más notables sueños. Es la continuación de cualquier visión en tus mejores o peores días, las fantasías brotadas de nuestros libros favoritos, el arraigo sincero de colocar nuestros pies allí donde antes lo hicieron otros, allí de donde vienen cuentos recónditos, fábulas sorprendentes, ladrillos y fuentes colmados de símbolos e historia, de amores y apremios, reclamos y muertes. Viajamos con asombro, esperanzas, apetito, y revuelo. Partimos saludando el tiempo con bolsas llenas de albas, y regresamos obstinados de la espera, la cancelación del vuelo y la irritación contraída en los incómodos bancos de salones, repartiéndonos el alma en los más miserables huecos.
New York me robaba la espera por varios motivos. La ciudad que nunca duerme, la gran manzana, la ciudad de los rascacielos siempre ha de convocarte. Sus cuadriculadas calles me regalarían algunos reencuentros; los deseados, acertados, poblados de memorias infantiles, dulces y atesoradas. Y no se equivocó su viento de luces y excéntricas melodías, no se nos escondió la ira ni se arremolinaron ausencias trastocadas. Un abrazo y sonrisas nos devolvieron grietas sin dolores, no sin amparar los sinsabores que siempre deponen los regresos y la inconsciencia socorrida. Y los otros. La capital del mundo también me tributaría rotos cascarones que intenté no me vaciaran el ensueño ganado.
Viajar es seguir huellas que nadie ha abandonado por ti. Descubrir que odias la ciudad o que la amas. Que un día volverás o que tu adiós fue tan definitivo como la soledad de un amante magullado. Puedes regresar con fotografías sorprendentes o imágenes maltrechas de ti mismo. Viajar te usurpa el carácter, te retorna al podio donde tu niñez te convertía en el valiente Capitán Nemo, te asoma en puntillas al balcón de un virtual futuro. Pisar la tierra que no es tuya te muestra que el mundo se sacude más rápido que tu corazón en carrera, y que tantas vueltas das sobre ti mismo que olvidas las esencias más humanas, los atributos más preciosos de nuestra existencia.
Gente siempre apurada, reflejos de cristales plateados bañando los autos amarillos, trajes y valijas oscuras, carros de comida en cada esquina, música revolviendo las calles, bancos con delicadas dedicatorias en los parques, antiguos edificios repletos de buenas y malas historias, mármoles y vagabundos, relumbrantes vidrieras y olas de basura, perfumes y podredumbre, distinción y fortuna. Una ciudad con una vida propia sin que los derribos polvorosos que aun le arrebatan fantasmas logre arrancarles la alegría y la franqueza.

“Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad”.

Julio Verne

* Quintin Cabrera

Edificioen el  Bronx
 
  

 


Vista desde el Central Park




En Time Square

Foto tomada (con mucha niebla y sin sol) desde el ferri de Staten Island


Bancos con dedicatoria en el Central Park

8 comentarios:

  1. Las fotos son preciosas. Yo tengo una pendiente con esa ciudad, pero al tiempo.
    Y sí viajar es todo eso, recorrer los instintos, deambular por los maltrechos callejones colgados de la inocencia con los ojos de un niño que quisiera todavía alcanzar la luna con un dedo y respirar aromas de oriente en un mar de caracolas.
    Un precioso texto, Fermina.
    Besos.

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  2. Eva:
    La verdad no pude tomar muchas fotos como hubiera querido, una camara tan grande y tan molesta para tanto caminar no es practico.
    Me encanto la ciudad. Tu conoces de las mas bellas y grandes (para mi Paris sera siempre la primera) pero NY tiene su encanto, y eso que como con ninnos al fin, no conocimos la vida nocturna...
    Un beso

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  3. Fermina: Ya estás de regreso. Me llevo este texto a mi blog. Me gustan los textos de cubanos sobre ciudades que no conocen. Un abrazo y me encantó este viaje tuyo.

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  4. Charlene....si escribieramos sobre la llegada de cubanos a lugares donde no conocemos....tengo muchas historias propias de la primera vez que sali de la Habana....
    Honor que me haces con llevar el texto....
    Un abrazo

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  5. Siempre me han gustado tus textos, como este, pero me has dejado con la boca abierta al ver la serie de fotografías. No son buenas, son buenísimas. Además veo que ya sabes ponerles tu texto. Enhorabuena.

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  6. Hola Fermina.

    Me ha encantado tu descripción de viajar, la comparto. Las fotos son preciosas, no conozco NY. Me ha gustado verlo con tus ojos. Yo soy una apasionada de los viajes.

    Un abrazo.

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  7. Que fotos tan bonitas.
    Lo de las dedicatorias en los bancos también lo he visto en Holland Park (Londres).

    Besos.

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  8. Me gusta el título del Post, es una gran verdad.

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