martes, 12 de octubre de 2010

Las “chicas del perpetuo desorden” y el nuevo ciclo 2010-2011.

EL último viernes del mes como de costumbre pero sin rutina, nosotras las chicas soberanas y establecidas, “houstonianas” y del mundo, diligentemente espontáneas y perpetuamente desordenadas, nos fuimos a la casa de una de nuestras venezolanas para, además de hablar hasta por los codos como si es tradición, querencia, y rito, discutir acerca de la última lectura de este ciclo 2009-2010: “EL sari rojo”, del español Javier Moro. Porque somos un grupo, heterogéneo y nada contemplativo, las opiniones variaron desde el gusto y disfrute del libro hasta el aburrimiento por la historia contada aunque no la real. Fue un libro diferente, una historia con matices nuevos para nosotras y la confirmación de un autor ya leído en nuestro club. Una de las colombianas nos trajo una ensalada que creo que la salsa es de su propia inspiración, nos la devoramos. La otra colombianita llego con unos tamalitos mexicanos por encargo, pero siempre felizmente recibidos y dados de alta hasta el último trocito, y una de las chicas argentinas que es de las “dulceras bárbaras” del grupo nos trajo unos dulcecitos y unas bolitas de chocolate, buenísimas.
Ya tenemos lista de libros para el próximo ciclo, que comenzamos ahora en Octubre. La votación fue reñida, pero para eso nuestra “mandamas” tiene siempre sus artilugios y tuvimos un segundo chance. Este mes comenzamos por “La catedral del mar” de Idelfonso Falcones, y seguiremos con un libro de cuentos de Rosa Beltrán, “Amores que matan” que recomendé yo a sugerencia de lo que leí en el Blog de Belkys (En la columna de la derecha pueden verla lista completa de libros escogidos). Asi que ya estamos otra vez listísimas para todo un año de aventuras.
Otro día habrá por donde “cortar” (y me gustaria hacerlo) pero les digo amigos que la vida en los suburbios americanos no siempre es la que cuentan las películas o los revolucionarios críticos del capitalismo. Parte y parte. Hay y no hay. Pero no son los suburbios los que hacen a las personas. El “american way of life” no siempre es la proyectada vida vacía o superflua (que cualquiera puede tener en la mismísima manzana más concurrida y loca de New York) o la barbacoa en el patio y la “comedera” de popcorns en el amplio sofá, ni todos son barrios monoraciales, como algunos los llaman. Es cierto que hay que organizarse con más frecuencia la vida social pues no es fácil encontrarse y también es cierto que necesitamos del carro/coche para todo. Pero además de ir al centro comercial donde tendremos lo que se necesita y de que la oficina de correos nos queda más lejos que el cementerio, también somos mujeres amas de casa de pegueta fuerte, profesionales trabajadoras de medio tiempo o de tiempo completo, dueñas de nuestros propios negocios, y algunas muy activas en la ciudad, no solo salvando al perrito perdido lo cual es elemental, pero haciendo la diferencia en organizaciones femeninas, en la prisiones, y en la vida latina. Y, aprovecho y digo esto, pues hace unos días alguien me tiró un piropo un poco fútil acerca de las mujeres que nos reuníamos en un Book Club. Para nosotras, las que hace años nos acompañamos en este y lo custodiamos como un tesoro codiciadísimo, podríamos contestar muchas cosas, contarle otras tantas que nos hacen especiales y mejores, pero preferí conectar mi cara número 33 con una sonrisa perfectamente forzada y decirle: ¡que equivocada vives! y dejarla ahí… Ya saben chicas ¡la próxima, las mando a buscar!

"Cada ciudad puede ser otra"   Mario Benedetti

Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Jaime Sabines

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren

el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos

cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor

y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros

y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor.

4 comentarios:

  1. Yo también tengo una reunión cada viernes de fin de mes, bueno tenía, porque el grupo se deshizo por los sinsabores de la vida.
    Jamás nos pasó por la cabeza hablar de literatura, pero la pasábamos rebién, y lo echamos de menos las 4, que desde hace un año andamos dispersas por los cuatro costados de Francia.
    De este relato, me quedé con el olorcito de los tamalitos. Me comía ahorita mismo uno...

    Besos, Fermina.

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  2. Excelente Ferminita.... y lo de la cara 33...ja,ja,ja.... Si muchos piensan que son trivialidades pero para mi tambien es un tesoro!!Ya termine La Catedral del Mar, donde senti todas las emociones posibles. LA MAndamas!!

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  3. Nunca he pensado que las mujeres tuvierais menos iniciativa cultural que los hombres. Muy al contrario pienso que nosotros nos hemos quedado, en general, para el deporte, la cerveza y los pies sobre la mesa. Hace tiempo nos reuníamos un grupo de amigos para comentar especialmente poesía y política. Cada uno va hoy por su lado. Saludos.

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  4. Yo me reunía con un grupo de "bisuteras" y lo pasábamos muy bien, disfrutábamos de nuestro hobby y hablábamos por los codos, pero el grupo se deshizo, cada una tiene sus propios problemas y es difícil conseguir un día para reunirnos todas. Una pena pero son cosas que pasan.
    Que pases un buen fin de semana.

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