No importa si es Abril, Noviembre, o la tempestad o estos treinta años que han sonado como abejones desmandados en mis huesos. Las cartas en las bolsas viejas, el retozo de la memoria en el insomnio, la conversación que restituyó alguna palabra. Cuando te llega la sensación de dolor sin dolor, de angustia sin angustia, solo la sensación y el recuerdo del miedo. Las imágenes se convierten en la antigua película silente del domingo en la mañana. Los vi pasar, los vi caer, los vi…y nunca dejé de verlos. Y que jodida la cosa, y que jodidos estamos en algún punto o en varios. Y esa fui yo…que solo vi. Y hoy, que preparo maletas para unas lindas vacaciones de Thanksgiving, tuve que flaquear sobre mi paso sin saber por qué. Bueno claro, porque hablé contigo, porque busqué las maletas en el closet, porque fue su cumpleaños, porque leí el Blog de El Penthuose de Heriberto, o porque la vida…y me voy.
A mí no se me olvida aquel Mariel.
ResponderEliminarBenedetti trató por aquel entonces a todos los que quisieron salir por la embajada con aquel Pim, pom fuera, abajo la gusanera.
Salió Reynaldo Arenas con aquel Mariel. Murió años después...
Conozco a tanto marielito al que le hicieron un acto de repudio que me dan ganas de vomitera.
Gracias Fermina, por permitirnos recordar aquellos siniestros 80.
Esperando que todo esto termine y pronto.
Besos.
Me sumo al agradecimiento de la Zarzamora.
ResponderEliminarBesos.
Hola Fermina, leí también tu comentario en "El Penthouse de Heriberto", realmente sentido, aquellos fueron años terribles, pero cuando lo miras bien, según donde hayas estado, o estes, ya, antes del Mariel, eran terribles, y aún hoy lo siguen siendo. Un abrazo.
ResponderEliminarSin duda lo debisteis pasar muy mal. Ahora unas vacaciones para disfrutar y eso es lo que te deseo.
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